Falsos mitos sobre preparativos para empezar a pedalear (II)

Cuando nos ponemos a analizar todo lo que necesitamos para subir a una bicicleta, y participar en las marchas y rutas que tengamos más cercanas al lugar donde residimos, al principio, para irnos animando progresivamente a inscribirnos en rutas de cicloturismo con un poco de más desnivel, kilometraje y dificultad, las ganas, la pasión que pongamos, y la ilusión por disfrutar de este intenso deporte son lo más importante.

Hemos pensado durante mucho tiempo, fruto de la observación y de una errónea interpretación de las cosas, que tendríamos que estar provistos de numerosos elementos de atrezo para comenzar. Pero un análisis sereno nos demuestra que la mayoría de los supuestos impedimentos que tenemos para lanzarnos a pedalear no son reales.

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Uno de los temores es a la avería de la bicicleta en ruta. Existe la tendencia a pensar que casi todos los ciclistas o cicloturistas son verdaderos especialistas en la reparación de cualquier eventualidad técnica que pueda surgir durante la marcha. Pero no es así. En realidad, lo único que debería preocuparnos es el tema del arreglo de una rueda que pueda fallar durante la ruta. Hoy en día hay muchos medios para aprender lo básico, en este sentido. Si nos compramos una bicicleta seguro que el vendedor tendrá la amabilidad de enseñarnos la forma de solucionar un problema con una rueda. Pero además, en un mundo invadido por Internet, la cantidad de vídeos, tutoriales, etc. que encontraremos en la red, nos aportará la formación suficiente para evadir nuestros temores.

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Un frecuente error de los principiantes en rutas de larga distancia es llevar, en sus primeros viajes, varias mudas de ropa. Con la experiencia se va aprendiendo a que es preferible llevar ropa de un poco mejor calidad, adecuada para mantener el sudor apartado de nuestro cuerpo, a llevar varias prendas poco prácticas. En casi todos los sitios donde pararemos podremos realizar una básica “colada”, así que no nos preocupemos tanto por la ropa. Un equipamiento puesto y otro accesorio serán más que suficientes.

Si pretendemos cocinar allí donde vayamos, será lo ideal llevar un menaje básico. Volvemos a recordar que se trata de disfrutar de la bicicleta y la naturaleza, el ejercicio físico, el pedaleo, la montaña y sus puertos, la convivencia con mucha gente de aficiones coincidentes, el intercambio de anécdotas y experiencias. Si queremos evitar el gasto en restaurantes y tendemos hacia la autosuficiencia en materia de comida, debemos tener claro que comeremos lo básico para reponernos de nuestro esfuerzo, y cocinado de la forma más sencilla. Llevar en la bicicleta una thermomix y un mini horno de convección nos supondrá una elevada dificultad extra a la hora de pedalear. Por tanto, una sencilla cazuela puede tener varios usos, como bol, ensaladera, sopera, etc.; un plato puede ser plato y tabla a la vez, y una herramienta multiusos nos aportará el resto, cuchillo, tenedor, mini tijeras, etc. Eso sí, si vamos a comer sopa será buena idea llevar una cuchara, pues hacerlo con un cuchillo o tenedor de nuestra herramienta multifunción nos restará mucho tiempo.

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Aunque no es imprescindible invertir en aparatos tecnológicos o innovadores sistemas, un cargador solar sí es un elemento muy útil. Nos ofrecerá la opción de cargar nuestro teléfono móvil con luz solar. No obstante, podemos usar nuestra imaginación a la hora de encontrar enchufes por donde vayamos pasando: bibliotecas, gasolineras, tiendas de regalos, etc. Un truco que podemos recordar es el enchufe de las máquinas de refrescos; en ocasiones hay uno libre y a mano.

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Otro falso mito a la hora de buscar ”excusas”, es la forma física que aportar al comienzo de la actividad. Pensamos que, como no podemos realizar fácilmente 50 o 60 kilómetros, para qué vamos a hacer el ridículo. Pero… si analizamos el perfil de las personas que hacen cicloturismo de forma aficionada, nos llevaremos muchas sorpresas. Desde aficionados con problemas cervicales, o en las piernas, o con más de 80 años. Lo verdaderamente importante son las ganas que se pongan. Lo cierto es que las cuestas son un rollo, y el viento molesta mucho, y además hace calor y se tiene sed. Pero si mantenemos la mente firme, y empezamos con 15 kilómetros y paciencia, cada día seremos más fuertes y pronto haremos 60 kilómetros de forma sencilla, y el cuerpo nos responderá. Entonces comprenderemos toda la magia que encierra este maravilloso deporte.

Jesus Roldan

Copywriter con experiencia y conocimiento en el mundo del ciclismo y sus diferentes variantes.

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