Las diez razones por las que es importante que te tomes un descanso invernal

Razones para realizar un descanso invernal

Seguro que en estos días hay una idea que te ronda por la cabeza: ¿parar o no parar? Efectivamente, cuando la temporada ciclista de profesionales ha tocado a su fin parece lógico (o, al menos, casi natural) que nosotros, los meros globeros, también nos demos un pequeño descanso, ¿no? Con todo, hay quienes no quieren dejar de pedalear en ningún momento del año, y algunos que no son capaces de dejar pasar un día de buen tiempo sin salir a dar una vuelta con su bici. Además, para qué engañarnos, con todo esto del cambio del clima y demás cada vez hace mejor en otoño, el viento que viene del sur cubre más días que antes y ahora se puede salir de corto casi hasta en pleno invierno…pero eso es otro asunto, del que no vamos a hablar.

Así que, ¿parar o no parar? Si quieres nuestra opinión la respuesta debe de ser siempre afirmativa. Llámanos puristas si quieres… Otro día te explicamos cómo debes de hacer esa parada, su duración, los aspectos a tener en cuenta durante la misma…todo lo que te pueda interesar. Pero hoy vamos a contarte, en diez píldoras, por qué consideramos que la misma es absolutamente necesaria…

Decálogo

  1. Porque vas a notar beneficios en el terreno físico. A veces tenemos algunas pequeñas molestias cuando andamos en bici, o acusamos un cierto desgaste cuando hemos entrenado demasiado durante demasiados meses. No nos engañemos, la bicicletas es un ejercicio muy, muy duro, que nos exige un esfuerzo continuado, no solamente encima de ella, sino en aspectos que podemos denominar como adyacentes (madrugones, salidas a deshoras, robar horas al sueño para salir con la bici). Todos ellos van desgastando poco a poco nuestra preparación física, provocándonos pequeños estratos de estrés que no podemos pasar por alto y cuya mejor cura (y prevención de cara al futuro) es parar de forma periódica y desvincularnos de nuestro deporte preferido. Veremos cómo nuestro cuerpo nos lo acaba agradeciendo…
  2. Ojo, quizás la mayor ventaja que vas a hallar con tu descanso sea en el plano psíquico. Y es que todos sabemos que a veces salir con nuestra bicicleta es complicado, y tenemos que hacer grandes esfuerzos no solo en lo físico sino, y quizá sobre todo, en lo psíquico. Madrugones, el restarle tiempo a la familia o a otros hobbys, la presión de tener que estar a un nivel adecuado en tal marcha o cual salida con el club…son aspectos que nos van minando poco a poco, en muchas ocasiones de forma casi inapreciable, pero que disminuyen no solo nuestro rendimiento, sino nuestra propia resistencia mental. En otras palabras, que pueden llegar a provocarnos una ruptura que no queremos para nada… Por eso recargar pilas es tan necesario entre una temporada y otra y notarás una gran mejoría cuando vuelvas a retomar la bicicleta…
  3. Para curar lesiones. Cuando pienses en lesiones no lo hagas en grandes roturas o en tendinitis crónicas de esas que no te dejan pedalear. Hazlo, más bien, en relación a esas pequeñas molestias que todos tenemos…a ese mínimo dolor en la rodilla derecha que te dificulta ponerte en cuclillas, a ese cansancio crónico en la base de la espalda…todos estos elementos se van a ver muy mejorados después de la parada invernal y podrás retomar la bicicleta tras esos días como nuevo.

Al final, después de sopesar algunos pros y contras te dijimos que nosotros éramos partidarios de realizar este descanso, al considerar que sus beneficios podían ser muy apreciables de cara al futuro y, en definitiva, podías aumentar tu rendimiento en la temporada entrante si te atrevías con él. Hoy vamos a continuar contándote las diez razones por las que, a nuestro parecer, este descanso invernal se vuelve casi imprescindible para cualquier cicloturista, con independencia de su nivel.

4. Para eliminar problemas crónicos. Aquí sí que hablamos de algo concreto y de gravedad. Esta parada nos debe de servir para recuperarnos de aspectos como tendinitis crónicas o dolores de esos que ya casi consideramos como parte de nuestra vida diaria y que en modo alguno deberían de acompañarnos siempre. Pero, a veces, esto ocurre, y donde antes teníamos unas rodillas fuertes y sin problemas tenemos ahora una bisagras que chirrían y nos dan una (pequeña pero apreciable) lata. Por eso hacer una mínima parada al final de temporada, juguetear con el reposo en ese contexto puede ser de gran ayuda cuando hablamos de minorar tales dolores. Piensa que ahora hablamos de aspectos crónicos, de esos que nos van a acompañar siempre, pero que, aun con esa idea, también podemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para sufrir lo menos posible…

5.La parada invernal es, además, el momento ideal para practicar otros deportes. Efectivamente, durante la temporada en ocasiones no encontramos el momento para realizar otras actividades deportivas porque queremos aprovechar cada instante que tenemos en el pedaleo. Por eso la parada de final de temporada es ideal para desconectar de la bicicleta y salir a andar por el monte, practicar natación o hacer deportes de equipo, de esos que a veces no nos atrevemos a hacer en plena temporada por miedo a las agujetas inherentes al ejercicio diferenciado al que solemos a hacer o a las tensiones y golpes. No hagas caso de lo que dicen…nadar, por ejemplo es fantástico para tu cuerpo y para tu cabeza, y sí, también para tu entrenamiento posterior encima de la bicicleta. La clave está en no pasarse, en variar todas estas actividades y obtener en ellas una visión más dinámica de la que, en ocasiones, vamos a tener con nuestro sempiterno ciclismo.

6.La parada invernal es, también, el momento ideal para marcarnos objetivos de cara a la siguiente temporada. Escoger aquel puerto en el que queremos darlo todo, la marcha para la que nos gustaría prepararnos con todo nuestro mimo o aquella semana en los Alpes con la que siempre hemos soñado…todo eso lo podremos decidir y planificar mejor durante la parada de final de temporada, cuando nuestras piernas, a veces caprichosas, no se empeñen en quitarnos las ganas de unos objetivos que quizás en julio sean asequibles pero que en pleno invierno se nos ponen, nunca mejor dicho, muy cuesta arriba. Relajados en nuestro sofá podremos pensar con más efectividad sobre todo esto…

De nuevo te recordamos que estas son nuestras opiniones, y que aunque las consideremos fundadas y de interés en modo alguno te tienes que dejar guiar por ellas más que por tus propias ganas. En otras palabras, que si quieres salir con tu bicicleta a disfrutar del frío y la carretera durante todos los días del año…tienes que hacerlo. Porque aquí estamos para eso, precisamente…para disfrutar.

  1. Pon a punto tu bici. Aprovecha estos días para dejar tu bicicleta perfecta de cara a la nueva temporada. Límpiala a fondo, engrásala, examina las zapatas y los arcos de los frenos, la cadena, los piñones…y cambia todo lo que necesites cambiar. Esto puede parecerte una tontería, pero cualquier que lo haya sufrido puede hablarte sobre el enorme desgaste psicológico que supone el hacer frente a estas variaciones en plena temporada. Déjalo todo bien preparado y…sin problemas…
  1. Aprovecha para introducir elementos nuevos en tu postura o forma de pedalear. Este descanso te servirá de punto de ruptura con lo anterior, por lo que es el instante idóneo para plantearte algunas innovaciones en tu forma de afrontar este deporte. ¿Quieres arrastrar más desarrollo o buscas hacer un molinillo como el que era tan corriente hace una década? Quizá no estás contento con tu postura sobre la bicicleta y deseas modificarla un poco, adelantando el sillín, subiéndolo, etc…este es el momento adecuado. Al tomarnos unos días de descanso nuestros músculos se relajarán y no tendremos tanto impacto cuando apliquemos los cambios sobre la bicicleta en el futuro.
  1. Realiza otros pequeños ajustes. ¿Quieres cambiar de zapatillas y tienes miedo que esta pequeña variación te acabe costando horas y horas de pequeñas molestias, quizá imaginarias, en la planta de tus pies? Pues hazlo durante tu descanso. Esa relajación de los músculos a la que hacíamos referencia antes es tu mejor aliada cuando se habla de estos pequeños cambios. Guantes, prendas de todo tipo, zapatillas, incluso otros aspectos que puedan no parecerte de importancia en un primer momento pueden ser ideales para realizar durante este descanso. Además…piensa más allá…si quieres hacerte un tatuaje, depilarte alguna parte de tu cuerpo o algún tratamiento similar…¿cuándo mejor que estos momentos en los que has decidido no entrenar?
  1. Este es el factor más importante, seguramente: durante el descanso estarás cogiendo todas las ganas del mundo para volver a coger tu bici. Estos días sin montar en ella te van a dejar con unas ganas enormes de volver a lanzarte a la carretera, con lo que el reencuentro será muy potente en lo psicológico y moral y explosivo en lo físico. Hacer algo con ganas es, sin duda alguna, la garantía de éxito absoluta.

Este es nuestro decálogo, pero a partir de aquí volvemos a repetirte lo que tantas veces hemos hecho…tú decides. Lo nuestro son solamente consejos.

Jesus Roldan

Copywriter con experiencia y conocimiento en el mundo del ciclismo y sus diferentes variantes.

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