6 consecuencias negativas de un consumo elevado de azúcar

Cuando hablamos sobre los riesgos de consumir demasiada azúcar en nuestra dieta, a menudo se mencionan enfermedades coronarias, obesidad, hipertensión o diabetes. Sin embargo, los perjuicios potenciales no se limitan a estos problemas de salud.

El Papel del Azúcar en la Dieta

Desde hace tiempo, sabemos que el consumo excesivo de azúcar tiene efectos negativos en nuestra salud. Aunque durante décadas la industria azucarera manipuló y ocultó documentos que lo demostraban, como reveló una investigación en 2016, hoy en día es de dominio público.

Ahora bien, ¿es realmente malo endulzar nuestro café de la mañana con azúcar, miel, panela o sirope de agave?

Por supuesto, no solo nos referimos al azúcar refinada que añadimos al café o a las infusiones, sino también al llamado "azúcar fantasma": un ingrediente oculto en muchos productos alimenticios, a menudo en cantidades desproporcionadas.

Estos productos incluyen desde pan de molde y salsas industriales hasta alimentos supuestamente "saludables", como yogures light, barritas dietéticas y zumos de fruta industrializados. Y, por supuesto, tampoco podemos olvidar los refrescos: una sola lata de Coca-Cola duplica la cantidad diaria recomendada de azúcar.

Cuando nuestra dieta contiene grandes cantidades de azúcar, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y obesidad (especialmente en niños), hipertensión, diabetes, problemas bucodentales e incluso cáncer. Estos son los efectos negativos más conocidos.

Sin embargo, hay varios más que es importante conocer para entender lo perjudicial que puede ser el abuso de este elemento. A continuación, enumeraré seis de estas posibles consecuencias negativas.

1. Problemas de Memoria

En los últimos años, diversos estudios han encontrado una relación entre el consumo excesivo de azúcar y los problemas de memoria. En 2012, científicos de la Universidad de California en Los Ángeles concluyeron que "una dieta alta en fructosa a largo plazo altera la capacidad del cerebro para aprender y recordar información".

Un año después, otro estudio llegó a resultados similares, señalando que el consumo elevado de azúcar se asocia con daños en el hipocampo, una región cerebral importante para la memoria.

A finales del mes pasado, una nueva investigación realizada en Estados Unidos respaldó estos efectos sobre la memoria, especialmente en adultos que consumieron muchos dulces durante su infancia. En este caso, la hipótesis está relacionada con los cambios que el exceso de azúcar produce en el microbioma intestinal.

En concreto, la presencia de ciertos tipos de bacterias intestinales, favorecida por el consumo de azúcar, puede causar alteraciones en el hipocampo. Aunque todavía no se comprende completamente el mecanismo por el cual el azúcar contribuye al deterioro del hipocampo, la relación entre ambos factores parece evidente según los resultados de estos estudios.

2. Alzheimer

La conexión entre el exceso de azúcar y un mayor riesgo de padecer Alzheimer se explica a través de la diabetes. Esta enfermedad aumenta las probabilidades de experimentar un deterioro cognitivo, que puede derivar en algún tipo de demencia. El Alzheimer, que representa el 60%-70% de los casos de demencia, es la forma más común.

Aunque todavía no se comprenden completamente las posibles conexiones entre la diabetes y el Alzheimer, algunos expertos han llegado a proponer que el Alzheimer sea considerado una nueva forma de diabetes, denominada diabetes mellitus tipo 3.

Según esta teoría, el Alzheimer sería un tercer tipo de diabetes, además de los dos conocidos hasta ahora. En cualquier caso, lo que parece claro es que el consumo excesivo de azúcar a lo largo de la vida representa un factor de riesgo para esta enfermedad.

3. Ansiedad, Depresión y Otros Trastornos Mentales

A menudo se cree que las consecuencias negativas de una alimentación desequilibrada se limitan a aspectos físicos o fisiológicos. Sin embargo, cuando el cerebro se ve afectado, como mencioné anteriormente, también pueden surgir problemas relacionados con la salud mental.

Un estudio publicado por científicos del Reino Unido en 2013 señaló que las personas con trastornos del estado de ánimo suelen tener una dieta de mala calidad, baja en frutas y verduras pero alta en grasas y azúcares.

Otros investigadores en el mismo país se preguntaron si podría existir una "causalidad inversa", es decir, si el estado de ánimo podría influir en la dieta y no al revés. Sin embargo, llegaron a la conclusión de que no: ni la depresión ni los trastornos mentales comunes predijeron cambios en la alimentación.

En cambio, el mismo estudio (publicado en 2017) reveló que los hombres que consumían la mayor cantidad de alimentos dulces o bebidas azucaradas tenían un 23% más de probabilidades de desarrollar un trastorno mental después de cinco años.

4. Problemas en la Piel

Cuando los azúcares en la sangre se unen a las proteínas, se produce un proceso llamado glicación, que da lugar a unos compuestos conocidos como productos finales de glicación avanzada (AGE, por sus siglas en inglés). Esto es un proceso natural, pero uno de sus efectos es la muerte celular y, por lo tanto, el envejecimiento.

Si consumimos azúcar en exceso, aceleramos este proceso, lo que provoca la aparición prematura de arrugas y otras marcas del envejecimiento. La glicación también altera la calidad del colágeno, lo que contribuye a una mayor cantidad de líneas faciales y a una apariencia de piel más seca y apagada.

Además, los azúcares promueven la inflamación, lo que aumenta el riesgo de trastornos dermatológicos como el acné y la rosácea, especialmente en personas propensas a estos problemas.

5. Dificultad para Saciar el Hambre

La insulina es una hormona segregada por el páncreas que permite al organismo utilizar la glucosa como energía. Si consumimos demasiada azúcar, el páncreas trabaja en exceso y produce cantidades excesivas de insulina, lo que no solo aumenta el riesgo de diabetes, sino que también afecta a la regulación del apetito.

La hiperinsulinemia, es decir, niveles elevados de insulina en la sangre, interviene en este proceso junto con otras hormonas como la leptina (que inhibe la sensación de hambre, es decir, promueve la saciedad) y la grelina (que hace lo contrario, estimula el apetito).

Por lo tanto, los azúcares no solo tienen efectos negativos debido a su ingesta directa, sino también porque estimulan el deseo de seguir consumiéndolos. Esto favorece el sobrepeso y la obesidad, con todas las consecuencias negativas asociadas, que también se relacionan con el siguiente punto de esta lista.

6. Posible Adicción

No hay consenso entre los profesionales de la salud en cuanto a si se puede afirmar que existe una adicción a los alimentos, incluso en casos de ingesta compulsiva. Sin embargo, se considera que algunos productos, incluyendo los dulces (así como los alimentos muy salados, los carbohidratos, las grasas y los ultraprocesados), son "potencialmente adictivos".

Esto se debe a que el consumo de azúcar provoca la liberación de dopamina y opioides en el cerebro, sustancias que también se activan durante actividades placenteras y adictivas, desde el consumo de drogas hasta las relaciones sexuales.

Aunque aún no se ha confirmado que exista una "adicción al azúcar" en los seres humanos, los comportamientos que este producto puede generar en ciertas ocasiones lo sitúan también como un factor de riesgo.

En resumen, el exceso de azúcar en la dieta puede tener múltiples efectos negativos para nuestra salud, más allá de los problemas comúnmente conocidos. Es importante tomar conciencia de estos perjuicios y buscar un equilibrio en nuestra alimentación para cuidar nuestro bienestar general.

¿Qué le hace el azúcar a tu cuerpo?

Fuente vídeo: Código Nuevo

Rafael Diaz

Copywriter con experiencia y conocimiento en el mundo del ciclismo y sus diferentes variantes.

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