Dopaje mecánico: ruedas electromágneticas

Uno de los temas más candentes últimamente en el mundo del ciclismo es el dopaje mecánico. Se venía comentado desde hace tiempo, sobre todo con aquellas imágenes de Fabian Cancellara en 2011 con una aceleración brutal en la París-Roubeaix, aunque bien es cierto que no se ha demostrado nada en este sentido.

Las sospechas del dopaje mecánico se confirmaron en el mundial de ciclocross cuando pillaron a la belga de 19 años Femke Van den Driessche con un motor en el interior de su bicicleta. Cabe destacar que esta corredora belga era además la campeona de Europa de su categoría.

En la Gazzeta dello Sport, el periódico italiano deportivo de referencia, consiguieron entrevistar a una fuente, llamado Mister X (mecánico de bicicletas), que les confirmó no solamente la existencia de los motores que van instalados en el tubo vertical del cuadro con unos engranajes, sino las ruedas electromagnéticas, que es un sistema mucho más sofisticado y mucho más complicado de detectar también.

Según la fuente del periódico italiano los profesionales prefieren las ruedas electromagnéticas, que incorporan un mecanismo electromagnético escondido en la llanta trasera y que se activa mediante un potenciómetro. En cuanto a la potencia que aportan este tipo de ruedas, estaría comprendida entre 50 y 60 W, cifra que es bastante inferior a la del motor instalado en el tuvo vertical del cuadro, que puede aportar una potencia de hasta 500 W. Sin embargo a nivel profesional esta aportación de 50-60 W de más es más que suficiente para poder marcar diferencias.

Además solamente los profesionales podrían tener acceso a este tipo de dopaje mecánico debido principalmente al precio, que es de nada más y nada menos que de 200.000 euros. En cuanto a quién van a pedir los servicios de este mecánico, cuenta que nunca va el corredor profesional en persona, sino que van intermediarios. Muchas veces se encuentra a gente muy alta que pide que le instalen un motor en una bici de talla pequeña, y gente bajita que pide que le instalen un motor en una bicicleta de talla más grande.

El confidente de la Gazzetta dello Sport, además comenta que el dopaje mecánico no solamente es demandado por los ciclistas profesionales, sino que son muchos los cicloturistas que recurren también a este tipo de prácticas. En los últimos años, Mister X admite haber instalado en torno a 1.200 motores en bicicletas de cicloturistas. Eso sí, los motores que demandan los cicloturistas son los que van introducidos en el tubo vertical, ya que además de ser mucho más baratos, proporcionan una potencia mucho mayor que las ruedas electromagnéticas. Además tenemos que tener en cuenta que en las pruebas cicloturistas, como no son competitivas, no hay controles para averiguar si alguien está utilizando un motor escondido y por lo tanto haciendo trampas.

Dopaje mecánico
Dopaje mecánico

El mecánico confidente propone que en el pasaporte biológico, que es el que se utiliza para averiguar casos de dopaje, se incluyan también los datos de potencia de los corredores. De esto modo si en alguna carrera se encuentran datos de potencia anormalmente altos en algún corredor, podría ser susceptible de investigación por parte de la UCI para encontrar motores escondidos en las bicicletas.

No obstante, el único caso que se ha encontrado de dopaje mecánico ha sido el de la corredora belga que hemos mencionado anteriormente. En el ciclismo profesional de carretera, aunque ha habido algunas dudas y algunos rumores, no se ha encontrado aún ningún motor, ni por supuesto ruedas electromagnéticas, aunque la duda está ahí.

Las imágenes han sido obtenidas de la web oficial de la Gazzetta dello Sport.

Jesus Roldan

Copywriter con experiencia y conocimiento en el mundo del ciclismo y sus diferentes variantes.

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