El uso de la inteligencia artificial para rendir mejor: ¿es dopaje?
Con los rápidos avances tecnológicos, el uso de la inteligencia artificial (IA) para ayudar a los deportistas a rendir mejor es cada vez más habitual. Cada vez más, los atletas y los equipos utilizan los "grandes datos", la IA y otras tecnologías avanzadas para obtener una ventaja en la competición deportiva. Pero, ¿es esto una forma de dopaje?
Hoy en día, la IA se está infiltrando en los deportes de diversas formas. En el reciente Tour de Francia, se aconsejó a todos los miembros del equipo Jumbo-Visma, incluido el ganador Jonas Vingegaard, que se acostaran a la misma hora y se despertaran con el mismo intervalo de descanso recomendado. La IA ayuda a los atletas a predecir el rendimiento de sus oponentes y a planificar estrategias. La IA se está utilizando para analizar en tiempo real la dinámica del equipo y los indicadores de rendimiento individual para comprender mejor y ajustar el programa de entrenamiento. Todo ello ayuda a los atletas a estar mejor posicionados y, por tanto, a rendir más.
Pero surge el debate sobre la legitimidad de esta forma de optimización frente al dopaje. El dopaje en el atletismo es ilegal y está muy mal visto, sobre todo cuando se descubre a los atletas. La obtención de un mejor rendimiento mediante modificaciones químicas es poco ética e inaceptable. Las mejoras del rendimiento derivadas del uso de tecnologías avanzadas, como la IA, pueden ser consideradas por algunos como una forma de dopaje.
El debate de la IA
El debate es complejo y la forma en que se resuelva dependerá de diversos factores, como la tecnología utilizada, los efectos que tenga en el individuo, etcétera. Aún no existe una respuesta definitiva. Algunos expertos han comparado el uso de la IA con el dopaje y han comparado los efectos negativos que la IA podría tener en la salud y el bienestar a largo plazo de un individuo con los del dopaje.
La inteligencia humana no es estática: tiene plasticidad y puede ajustarse a las circunstancias y a las exigencias cambiantes del entorno modificando su estado. La IA es en cierto modo así, cambiando a medida que encuentra nuevos datos de entrenamiento, adaptándose y mejorando con el paso del tiempo. Por ejemplo, la IA puede recordar y analizar datos de rendimiento, ayudar a los atletas a conocer mejor a sus rivales u observar sus propios datos para tomar mejores decisiones sobre cómo ajustar su rendimiento y su estrategia.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ha tardado en adaptarse a las implicaciones de la IA y aún no ha proporcionado directrices o reglamentos que regulen su uso. Pero esta tecnología es valiosa y no se pueden ignorar los beneficios potenciales que aporta al ámbito del deporte. Es sólo cuestión de tiempo que el mundo del deporte adopte el uso de la IA.
El uso de la inteligencia artificial es muy controvertido y requiere una cuidadosa consideración antes de que se emplee en el mundo del deporte. Por sí misma, la IA no es lo mismo que el dopaje. Es la intención de obtener una ventaja injusta manipulando los resultados del rendimiento deportivo lo que la convierte en una forma de dopaje. El riesgo de abuso debe gestionarse cuidadosamente.
Una herramienta poderosa
La IA es una herramienta poderosa y sus beneficios potenciales en el deporte son innegables. Si se utiliza de forma responsable, puede beneficiar a los atletas y mejorar la calidad del rendimiento deportivo. Sin embargo, si se utiliza indiscriminadamente, puede acarrear problemas como el inevitable error humano, el uso indebido y la privacidad de los datos.
En última instancia, el argumento de si el uso de la IA para mejorar el rendimiento constituye o no dopaje dependerá de si los atletas rinden realmente mejor o no. La IA no mejora el rendimiento por sí misma, pero si se utiliza para ayudar a los atletas a obtener una ventaja injusta manipulando los resultados de su rendimiento, entonces puede considerarse dopaje.
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Corresponde a los organismos oficiales revisar y evaluar el uso de la IA y determinar si su uso es beneficioso o supone una amenaza para la integridad deportiva. Aunque la IA tiene el potencial de mejorar significativamente el rendimiento y hacer que el deporte sea más divertido, debe utilizarse de forma responsable y ética.
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